Premios, Castigos y Consecuencias Naturales

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Existen varios estilos de crianza respetuosa, entre ellos la pedagogía Montessori, en los que no se premia ni se castiga al niño, sino que se tienen en cuenta las consecuencias naturales de sus actos.

 

¿ Por qué no se ofrecen premios ante un buen comportamiento ni se aplican castigos ante una conducta inadecuada?

Si queremos que un niño haga bien las cosas por el mero hecho de hacerlas, favoreciendo de esta manera su auto-motivación y auto-disciplina, no es conveniente premiarle ni castigarle, porque de esta manera el niño hará las cosas por las consecuencias externas (conseguir un premio o evitar un castigo) y no por la satisfacción y el disfrute que le aportan las mismas (consecuencias intrínsecas)

 

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¿Qué mensajes transmitimos a los niños si les premiamos y castigamos a menudo?

A veces, premiamos a nuestros hijos, alumnos…y lo hacemos con toda la buena intención del mundo, pero de esta manera, el mensaje que les estamos transmitiendo puede ser contraproducente.

Pongamos un ejemplo para entenderlo: Si le decimos a nuestro hijo que le regalaremos una bicicleta al final del curso, siempre y cuando obtenga buenas notas, el mensaje que puede estar interpretando es:

Como no confío en que obtengas buenas notas por interés propio, tengo que hacerte un regalo para que de esta manera te esfuerces más”.

 En el caso de los estudios, es muy importante centrarnos en la solución antes que en premiar o castigar a los niños por sus notas.

¿Qué puede estar influyendo en sus estudios? A veces, la falta de motivación, un problema en el hogar o un problema del propio niño, pueden ser los causantes de su bajo rendimiento escolar. Por este motivo, es muy importante ser resolutivos y buscar el por qué de esta causa, sin recurrir a la recompensa o a la sanción.

 

¿Qué es el castigo y cómo puede afectar a los pequeños?

Por otra parte,  el Castigo es “una pena o sanción impuestas por una persona externa,  a un mal comportamiento”. El castigo, a corto plazo, es una medida efectiva, pero su efecto es poco duradero y tampoco funciona a largo plazo.

Reflexionemos un momento…¿cuántas veces hemos castigado a los niños por un mismo comportamiento que acaban por repetir?

Además, el castigo, no es inherente al comportamiento inadecuado. Esto es, no va ligado a él y, muchas veces, puede tener efectos negativos en la auto-imagen y autoestima del niño.

Veamos un ejemplo: Un niño suspende tres asignaturas y sus padres lo sancionan

 

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con no poder practicar su deporte favorito.

 Si nos damos cuenta, la consecuencia que tiene para el niño suspender, es decir, el castigo impuesto no tiene relación con la conducta de suspender. Si privamos al niño de algo que le gusta y le aporta satisfacción, además de ser una práctica saludable, podemos estar influyendo en su autoestima y su imagen personal.

Las consecuencias naturales o lógicas, a diferencia, son aquellas inherentes al comportamiento inadecuado, esto es, son el efecto natural de dicha forma de actuar y se relacionan directamente con la conducta.

Si es invierno y salimos a la calle sin abrigo, tendremos frío; si usamos los rotuladores y no les ponemos la tapa al acabar, al día siguiente se habrán secado y no tendremos rotuladores para pintar.

Si enseñamos a los niños a hacerse responsables de sus propios actos sin amenazas y castigos, crecerán asumiendo responsabilidades.

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