Tres conceptos unidos entre sí
La atención, la concentración y la memoria no sólo es posible trabajarlas mediante lápiz y papel. Estas capacidades que en las escuelas tradicionales se han ejercitado infinidad de veces mediante cuadernillos de “sigue las líneas hasta formar una letra o un número” (incluso en períodos vacacionales), pueden llegar a aborrecer e incluso disgustar a los peques de la casa.
Como bien hemos mencionado en artículos anteriores, cada niño es único y diferente y, por lo tanto, los trabajos que realizan para potenciar estas capacidades también han de serlo.
Dependiendo de sus gustos y sus intereses harán uso de un material u otro, el cual les ayude a integrar la información y, sobre todo, a disfrutar de este proceso de aprendizaje y de los beneficios del mismo.
Una de las ventajas de estas tareas, es que pueden hacerlas tanto en grupo como de forma individual y aunque estemos hablando de conceptos diferentes, los tres tienen un punto de unión y son dependientes entre sí, pues sin uno de ellos, los restantes pierden el sentido.
La importancia de validar los intereses e inquietudes del niño
Como hemos dicho anteriormente, es muy importante entender, primero, cuáles son los intereses e inquietudes del niño en un momento determinado (ya que pueden variar en función de la edad, experiencia previa..), pues a partir de ellos elaboraremos las actividades que se adecuen a sus necesidades. Puede que a algunos niños les interese saber sobre animales, a otros sobre construcciones, monumentos del mundo, formas geométricas, números, lectura, alimentos…
Repetir, repetir y repetir
Hemos de saber que los niños aprenden mediante la repetición de una tarea, y, en consecuencia, la práctica de la misma. Es importante no interrumpirlos durante esta repetición, pues significa que su concentración y atención están funcionando al 200%. Estas actividades no tienen un por qué (al igual que el hecho de andar en las primeras etapas), simplemente las realizan por el simple gusto de llevarlas a cabo, al tiempo que mejoran sus destrezas y perfeccionan habilidades tales como la motricidad o memoria.
¿Qué recursos podemos utilizar para trabajar estos conceptos?
Pongamos a prueba nuestra creatividad e ingenio, y ofrezcamos al niño actividades divertidas y de las que puedan hacer uso en su vida cotidiana tanto de forma individual como en familia.
Algunas de las actividades que llevamos a la práctica en Papallona son:
– Pelar huevos y zanahorias con pelador
– Cortar la fruta con ayuda de un adulto
– Juego de Memory de diferentes temáticas
– Construcciones de puentes y carreteras
– Hacer palabras con el abecedario móvil
– Repasar números con plastilina de colores
– Hacer Mandalas
Como veis, existen muchas formas de motivar a los niños, y, si se aplican de manera adecuada, su concentración, atención y memoria, además de su curiosidad frente a los diferentes elementos que componen su mundo, podrá trabajarse de forma divertida porque recordemos que… el mejor aprendizaje de los peques de la casa, se logra a través del juego.