Aprender a leer y a escribir durante la infancia

¿ Cuál es el mejor momento para aprender a leer y a escribir durante la infancia?

Las escuelas tradicionales se empeñan en que los niños aprendan a leer y a escribir durante los primeros períodos de la infancia, pero, ¿puede ser este hecho contraproducente en algún momento?

La Motricidad y su relación con la lectoescrtitura

Maria Montessori y otras pedagogías alternativas, no contemplan la lectoescritura hasta primaria, lo cual no significa que dejen de preparar a los niños para ello. Desde su más tierna infancia, todo lo que aprenden es parte de un largo proceso de preparación; la motricidad, por ejemplo, va muy ligada a la lectoescritura, y ésta se alenta y potencia desde el nacimiento del niño.

Los movimientos naturales que realizan los bebés por puro placer y descubrimiento, el uso del pelador de cocina y la clasificación de semillas en diferentes cuencos, influirán tanto en la lectoescritura como en otras muchas áreas de su vida (tanto académicas como cotidianas)

La importancia del Material y el Espacio

Las habilidades e intereses que se van desarrollando en el niño a lo largo de su infancia tienen relación con el espacio por el que se mueven, así como con el material que se utiliza.

Para leer y escribir, primero deben experimentar de forma directa con las letras, tocarlas y conocerlas en su más puro nivel fonológico. Los niños aprenden los sonidos de las letras y no su nombre; el sonido “mmm” en vez de “eme”. También el abecedario móvil y el arenero son materiales imprescindibles para su aprendizaje y motivación.

Alentar al niño en casa como herramienta principal

Que los niños no sepan leer o escribir no significa que no les gusten los libros. Leerles un cuento por las noches o durante el día, que nos vean leer con entusiasmo y dejarles elegir sus libros favoritos, son estrategias que pueden ayudarte a inculcarles el hábito de la lectura.

En definitiva, vivir los libros con pasión y hacer de ellos un pasatiempo saludable está en nuestras manos, ¡guiémosles en el camino hacia las letras!

No debemos olvidar que cada niño es único, y siempre debemos respetar sus ritmos de aprendizaje en cualquier trabajo que desempeñen.