Verano…tiempo de descanso, playa, piscina y montaña. Pero sobre todo, de juego, mucho juego.
Esta época del año, (junto con otros largos períodos vacacionales como lo son las Pascuas y la Navidad), ofrece grandes oportunidades a los peques de la casa.
Uno de los grandes espacios de tiempo debería ser destinado al juego, ya que jugar es una de las actividades más importantes de todo niño, además de un derecho (del cual queda constancia en La Declaración de los derechos del niño).
Por una parte, fomenta su correcto desarrollo tanto físico como emocional, y por otra, asienta el aprendizaje a través de experiencias sensoriales directas, buscando, explorando, probando y descubriendo el mundo por ellos mismos, convirtiendo al juego en herramienta indispensable para la educación.
“ A través del Juego el niño se convierte en el adulto que podía ser” (Maria Montessori)
De hecho, bajo nuestra filosofía inspirada en la Metodología de Maria Montessori, juego y trabajo son conceptos análogos; la práctica y la repetición de determinadas actividades, empujan al niño a mejorarlas y perfeccionarlas hasta alcanzar el objetivo deseado.
Desde esta perspectiva, el juego tiene un carácter formativo, pues el niño se enfrentará a determinadas situaciones de las que deberá aprender y adaptarse.
¿ Qué capacidades y habilidades desarrolla el juego?
Mediante esta importante actividad, los niños desarrollan…
1. La imaginación y creatividad mediante el juego simbólico, el cual aparece a partir de los 18 meses y predomina en la etapa de los 3, 4 y 5 años. La capacidad de “hacer como si…lloran, ríen, o convertir un palo en un avión y una hoja de árbol en un barco, además de imitar ciertas profesiones (ya sean reales o ficticias), les otorga, a la par, la capacidad de empatía y comprensión de sentimientos tanto propios como ajenos.
2. Estimulación de la memoria, concentración y atención, mejorando de esta forma sus habilidades cognitiva.
3. Conocimiento de su propio cuerpo y trabajo motor (entendiendo a la vez de esta manera cuáles son sus limitaciones y ayudándoles a discernir mejor la realidad de la fantasía) además de conocimiento del entorno que los rodea.
4. Aumenta el autoestima y autocontrol, proporcionándoles confianza, sientiéndose capaces de hacer algo, además de mejorarlo mediante la práctica.
5. Trabajo del lenguaje y aprendizaje de nuevo vocabulario.
6. Curiosidad y asombro por el mundo, siendo este el motor esencial de todo aprendizaje.