El impacto de la sobreestimulación en los niños y cómo evitarla

sobreestimulacion-1

Hace dos semanas escribimos un artículo basado en las ideas de Catherine L’Ecuyer – con las que nos vemos plenamente identificadas- en el que se explicaba por qué es tan importante mantener el sentido del asombro en los niños y algunos consejos sobre cómo hacerlo.

Esta semana, compartimos con vosotros una temática en consonancia con ello: los efectos de la sobreestimulación en los peques.

Pero…¿qué es exactamente la sobreestimulación?

Para entender este concepto, es necesario tener en cuenta que la curiosidad del niño es una habilidad innata y, por tanto, el aprendizaje (cuyos conductores son la curiosidad y el asombro) surge desde dentro hacia fuera; el contexto y el adulto son sólo meros facilitadores del conocimiento y experiencias del niño.

niños 5

Diferentes estudios han probado que la sobreestimulación, esto es, el exceso de estímulos en el ambiente, no hace mejores a los niños (en cuestión de habilidad y capacidades), sino que puede ser incluso perjudicial para ellos.

Cuando el exceso de estímulos se produce de forma sostenida

Veamos un ejemplo claro; existen ciertos dibujos animados y películas televisivas que dicen “estar hechos por y para los niños”. Pero en realidad, su mente (desde los 0 a los 6 años aproximadamente) no está preparada para asumir ese ritmo frenético y extremadamente rápido que supone el cambio de escenas por minuto, los colores demasiado llamativos o el exceso de luz… pues es algo inconcebible e imposible en la vida real.

Cuando los peques vuelven a los ritmos reales del día a día, se aburren, tienen falta de control de impulsos y se vuelven más impacientes e incluso muestran problemas de comportamiento. Todos estos efectos surgen porque hemos modificado su fuente natural de aprendizaje (de dentro a fuera) , sustituyéndola por un “motor” que en este caso surge desde fuera hacia dentro.

La excesiva estimulación también hace grandes estragos en la imaginación del niño, pues merma su creatividad y capacidad de crear e inventar, porque ya todo le viene dado.

niños2

El niño es protagonista de su educación

Como bien apuntaba Maria Montessori, “el niño es protagonista de su educación”. No lo son los estímulos, ni el ambiente, ni tampoco el adulto.

Por lo tanto, el contexto del niño debe tener el número de estímulos necesarios y adaptados a su edad de desarrollo, porque será él mismo, mediante su curiosidad y asombro, el que asentará su propio ritmo para integrarlos y aprenderlos.

La tendencia natural del niño

Cuando los niños se unen, su tendencia natural no es sentarse a ver la televisión, ni tampoco jugar con tablets o con móviles (a no ser que les hayamos hiperestimulado, con lo que requerirán de esta serie de dispositivos para cubrir la necesidad impuesta)

niños 1

Los comportamientos de todo niño en grupo tienden al juego, al movimiento y a focalizar su atención en actividades compartidas donde ponen en práctica sus capacidades y habilidades propias de su desarrollo evolutivo.

niños 4

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *