Actividades Montessori en la Etapa de 0 a 3 años

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Durante los tres primeros años de vida el aprendizaje se realiza sin esfuerzo, de manera natural. Se confirma así como el período más importante del desarrollo humano.

Como hemos comentado en otros artículos, desde el primer año de vida hasta los tres, el niño se caracteriza por:

  • La necesidad de perfeccionar su capacidad de movimiento y todas aquellas acciones que impliquen caminar, levantarse, apoyo para erguirse, trepar…

Para ello, no hay nada mejor que suelo adaptado, por el que puedan moverse libremente y sin peligro.

También las barras de motricidad y el Laberinto Pikler alientan su desarrollo motriz, exploración y creatividad al ser materiales con infinidad de posibilidades de uso. En el caso de éste último, aprenden conceptos de “dentro y fuera”, mayor o menor visión, según haya o no barrotes, poder ponerse de pie y el desplazamiento por gateo…

  • La necesidad de conocimiento de su propio cuerpo.

Estimular la propiocepción del niño también es imprescindible en esta etapa. Se trata del sentido que informa al organismo de la posición de sus músculos. La capacidad de sentir la posición relativa de sus extremidades y otras partes corporales.

Para ello, un espejo ubicado de manera horizontal en nuestro espacio, con una pequeña colchoneta o alfombra, estimula al niño a desarrollar estas habilidades.

 

  • La necesidad de ampliar el lenguaje

Las estanterías abiertas y a la altura del niño le permiten tener a su entera disposición libros adaptados a su edad y de diferentes temáticas (animales, partes del cuerpo humano, objetos de la vida cotidiana…).

La caja de permanencia, los instrumentos musicales y figuras realistas en miniatura amplían su vocabulario e interés por el mundo que les rodea.

Las actividades de gracia y cortesía, así como los útiles de limpieza hechos a su medida, les permitirán resolver las consecuencias en caso de que se produzca algún “accidente doméstico” (derramar agua encima de la mesa, limpiar algún material…).

 

  • Desarrollo de la motricidad fina

En esta etapa, como en las anteriores, los niños siguen desarrollando y refinando su motricidad fina.

Para ello podemos presentarles infinidad de tareas que pueden ir variando en su grado de complejidad, según las capacidades que el niño muestre.

La cesta de los tesoros, pelotas de diferentes tamaños, telas con diferentes texturas, cubos para apilar, figuras tridimensionales para realizar construcciones libremente, diferentes formas de trasvase (con las manos de un cuenco al otro, con cucharas o vertiendo agua de la jarra al vaso) ayudarán al niño a perfeccionar sus movimientos. Paso previo imprescindible para el futuro desarrollo de la lecto-escritura.

  • La necesidad de escuchar, mirar, oler, probar diferentes sabores y manipular para el desarrollo de sus sentidos.

Los niños exploran el mundo a través de sus sentidos, por eso es importante que tengan a su alcance elementos naturales (hojas secas, ramas, piedras de diferentes tamaños), botellas de diferentes sonidos, alimentos que puedan oler, probar y manipular, objetos que puedan tirar sin romper ni hacerse daño…

 

Todas estas actividades, junto a la necesidad de autonomía (muy agudizada desde los 15 a los 18 meses) ayudarán a los peques a potenciar, adquirir e interesarse por el mundo que les rodea, intensificando su curiosidad y sus capacidades innatas de aprendizaje.

 

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