La Motricidad como preparación a la Lecto-Escritura

IMG_1752

” La motricidad es la primera experiencia para el desarrollo cognitivo”

(Gesell y Wallon)

 El período sensible para el movimiento del bebé, empieza poco después de su nacimiento, perfeccionando sus habilidades durante los 18 primeros meses de edad, hasta alcanzar su máximo desarrollo a los 4 años.

En primer lugar se desarrollan las habilidades motoras gruesas y, poco a poco, van evolucionando las finas, las cuales requieren de más precisión y destreza (verter líquidos, ensartar, escribir con el lápiz…)

Teniendo en cuenta el interés innato del niño por realizar actividades (siempre que el ambiente, la estimulación y el material sean los adecuados) leer y escribir, una vez desarrolladas la motricidad tanto gruesa como fina, serán acciones naturales que el niño desempeñe después de coordinar movimientos musculares, el sentido de la lateralidad y la coordinación ojo-mano.

El juego libre es una de las herramientas más potentes para trabajar la coordinación motriz, y es muy importante que el adulto no interfiera más allá de la observación en las primeras etapas de vida, pues los niños que se mueven libremente crecen más felices y sociables. Para ello, es muy importante darle cariño al bebé, demostrarle que estamos a su lado y, sobre todo, confiar en él y en sus habilidades.

Además, seguir su propio ritmo individualizado y sin presiones externas serán la base para que sus movimientos sean finos y naturales.

Por todo ello, es importante disponer de un ambiente preparado y poco limitado, libre de peligros y con un mobiliario adecuado para el buen desarrollo motor.

En nuestro caso, uno de los materiales que más utilizamos en las primeras etapas, es el Laberinto Pikler, ya que aporta muchos beneficios como el desarrollo de la musculatura y afrontamiento de obstáculos, aprender a coordinar y a calcular el espacio…También el arrastre de sillas u objetos favorecen un completo desarrollo.

Y…¿Cómo influyen los pies descalzos en el desarrollo psicomotor del bebé?

Diferentes investigaciones apoyan el hecho de que el bebé descalzo crecerá más inteligente y feliz. Este hecho se da porque en los pies hay muchas terminaciones nerviosas y los niños aprenden a cerca del contexto en el que se mueven a través de la experimentación y el contacto con el mundo físico que les rodea. Llevar siempre puestos los zapatos, dificultará este proceso y afectará también a su desarrollo motriz, por ello será conveniente que jueguen libremente sin calzado durante varios momentos del día.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *